La tecnología no es mala, sino su control

Graham Murdock, en el coloquio: Economía política y medios digitales 2018. Fotografía: Ricardo López | Gaceta Políticas
La reingeniería del sistema de consumo constantemente cambia para mantener vigente al capitalismo, tal como ocurrió en los setenta cuando al estar este sistema a punto de colapsar, por la fuerte regulación del Estado, se obligo a éste a liberar las normas de producción y consumo, señaló el doctor Graham Murdock, de la Loughborough University UK, al participar en el coloquio: Economía política y medios digitales 2018.
El especialista añadió que este hecho trajo la reestructuración del neoliberalismo y con ello la entrada al mercado de los dispositivos digitales, como computadoras y celulares. «El avance de la reingeniería se refleja en el incremento masivo de los celulares y en una configuración del sistema capitalista que considera esto como desarrollo, así como el consumo de artículos más íntimos, como los que ofrecen las plataformas de Facebook y Google».
Sin embargo, estos hechos han originado también la destrucción de principios de solidaridad y de actividades y trabajo colectivo, pues parece ya no haber interés por el mundo exterior, alertó el investigador.
Resaltó que las tecnologías digitales son un detonador del sistema de consumo que genera un alto costo ecológico. Algunos ejemplo de esto son: el uso de las baterías de los teléfonos dependen del coltan, un recurso escaso que es extraído a través del salvaje trabajo infantil en algunas regiones de África; la forma de operar de la tienda en línea, Amazon, se asemeja a las grandes fábricas del siglo XVIII, lo cual es “un eco del imperio que no ha desaparecido”; el largo tiempo de vida dedicado a los aparatos digitales produce un elevado consumo de energía; subir información a la “nube” requiere grandes cantidades de agua para mantener fríos los servidores que permiten este proceso.
Tales hechos obligan a la reflexión sobre el uso de los medios digitales en la recomposición del capitalismo y de las claves del poder que están ahora en manos de empresas como Amazon, Facebook o Google.
También es necesario preguntarse cuáles son las consecuencias de estas políticas dirigidas a multiplicar máquinas vinculadas al circulo del consumo, pero también a los daños ecológicos, pues este análisis permite distinguir los retos y soluciones en la materia, subrayó el ponente y precisó: retomar la economía política es un buen inicio, pues ésta es una filosofía moral que contempla la justicia social, mayor organización y menos desigualdades. De igual modo, es vital no quedar atrapados en los supuestos que nos han vendido; esto es, “la tecnología no es mala, sino el control de ésta; por ello es vital recuperar lo público, lo social, lo colectivo y la solidaridad que puede generar la tecnología.