A una década de la desaparición de los 43
Por Omar García

Normalistas desaparecidos. Foto: Erick Morquecho.
Este 26 de septiembre se cumple una década de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Al paso de este tiempo, y con más dudas que respuestas, se llevó a cabo el Foro Interdisciplinario: a diez años de la lucha en Iguala, en el que estuvo presente alumnado del plantel, así como familiares de las víctimas, quienes siguen buscando explicaciones acerca de lo ocurrido con los jóvenes.
La mesa de diálogo la abrió Adrián Alfava, alumno de Antropología de la FCPyS, quien aseguró que la desaparición forzada es una de las violaciones más graves, por lo que está prohibida por el derecho internacional. Precisó que en este caso, el Estado mexicano ha sido señalado como responsable de no garantizar la protección de los normalistas.
Subrayó que también las familias de los 43 han sido víctimas de una alarmante violación a sus derechos, pues no sólo sufrieron la desaparición de un ser querido, sino han sido revictimizadas continuamente, al enfrentar un sistema judicial que ha obstaculizado la verdad y la justicia.
El ponente añadió que la búsqueda incansable de los familiares, en busca de respuestas, los ha llevado a enfrentarse a autoridades incompetentes y a una burocracia que ha entorpecido una solución en este caso.

Mónica López, Adrián Alfava, Clemente Rodríguez y Bernabé Gaspar. Foto: Erick Morquecho.
Mónica López, también alumna de Antropología de la Facultad, valoró el papel de los organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), pues además de que han sido actores clave en la visibilización de las irregularidades en esta investigación, han señalado la falta de diligencia, sobre todo en las primeras etapas de la indagación; la existencia de torturas a detenidos para obtener confesiones, y la manipulación de evidencias, lo que ha impedido el esclarecimiento del hecho.
Bernabé Abraján Gaspar, padre del normalista Adán Abraján de la Cruz, comentó que desde 2014 su lucha no ha parado, y aunque sabe que las respuestas no son claras, cada año él y miles de personas salen a las calles para exigir que no se olvide este crimen y para recordar que los derechos humanos deben estar en el centro de cualquier sociedad. “Es algo muy difícil de asimilar, recuerdo todavía que hablé con mi hijo el 25 de septiembre; no sabía lo que me esperaba”, expresó con la voz quebrada.

La comunidad estudiantil se hace presente en esta conferencia. Foto: Erick Morquecho.
Clemente Rodríguez, padre de Christian Alonso Rodríguez Telumbre, aseveró que a pesar de los esfuerzos, el proceso ha sido lento y enfrenta múltiples obstáculos, hecho por el cual las familias han mostrado frustración ante lo que consideran avances insuficientes.
Sentenció que la investigación ha descubierto redes de corrupción que incluyen a autoridades municipales, estatales y federales, lo que ha complicado obtener una versión confiable de los hechos, pero también ha revelado que el Ejército estuvo involucrado en el asunto, lo que ha generado tensiones con las Fuerzas Armadas, un tema políticamente delicado para el gobierno.
A 10 años y dos sexenios, el caso Ayotzinapa es un recordatorio de la crisis de derechos humanos existente en el país. Las familias de los jóvenes aún esperan justicia, mientras que la sociedad observa el lento avance de las investigaciones. La desaparición forzada sigue siendo una realidad en México, y el caso de los 43 representa una deuda pendiente del Estado con la ciudadanía.