Conferencia de prensa: Crisis diplomática México-Ecuador
Por Rosa Fernanda Orozco

Banderas de las naciones confrontadas. Foto: Gobierno de México
El acto de incursión de las fuerzas de Ecuador a la embajada de México en ese país, es, en sí mismo, una invasión de la sede diplomática mexicana, que además de la ruptura de relaciones entre ambas naciones, conlleva implicaciones profundas, alertó la doctora Silvia Soriano, miembro del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC).
En conferencia de prensa, realizada el 8 de abril, la especialista explicó que este hecho se enmarca en un contexto político en el que el presidente Daniel Noboa se encuentra, posiblemente, respaldado por países más poderosos, lo que agrava la situación. De igual modo, dijo, las declaraciones del presidente mexicano respecto al crimen que llevó a Noboa a la presidencia, pueden no ser completamente precisas, lo que añade una capa adicional de complejidad al panorama actual.
Por otro lado, precisó la académica, la consolidación de la derecha y la pérdida de representación de la izquierda en Ecuador han contribuido a un escenario donde la toma de decisiones por parte de Noboa se ve obstaculizada, situación que se ve agravada por la falta de control sobre la violencia en el país sudamericano, lo que ha generado repercusiones económicas significativas, como la suspensión de la venta de productos ecuatorianos por parte de Rusia.
En medio de todo esto, aseveró la ponente, está la cuestión ética que tomó México sobre la solicitud de asilo, que debería ser considerada legítima y decidida únicamente por el país receptor, y que ha desencadenado un clima desfavorable para Ecuador, tanto a nivel nacional como internacional.
En su momento, el doctor Arturo Lopez Vargas, docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), señaló que la crisis entre México y Ecuador debe analizarse mediante una concepción multidimensional, que abarca diversos aspectos, tanto factores internos como externos, así como actores gubernamentales y de otros sectores relevantes, lo que profundiza su complejidad.

Adolfo Christian Solís, María Fernanda Uribe, Silvia Soriano y Arturo López Vargas. Foto: Rosa Fernanda Orozco
Describió que el escenario se ha complicado a medida que se han desencadenado una serie de eventos significativos. El 1 de marzo, Ecuador solicitó aprobación a México para ingresar a la embajada en su territorio, petición que fue denegada por la Secretaría de Relaciones Exteriores. El 3 de abril, el presidente mexicano emitió declaraciones sobre el proceso electoral del año pasado, insinuando que el asesinato del candidato Villavicencio benefició al ahora presidente de Ecuador; sin embargo, el punto de inflexión llegó el 5 de abril, cuando se concedió asilo en la embajada de México a Jorge Glas, ex presidente ecuatoriano, lo cual desencadenó una inédita irrupción al lugar por parte de fuerzas policiales locales, lo que violó el marco jurídico y condujo a una ruptura diplomática entre los dos países.
Asimismo, el doctor Adolfo Christian Solís, profesor del Centro de Relaciones Internacionales (CRI) de la FCPyS, destacó que la violación de los derechos diplomáticos por parte de Ecuador es un tema de preocupación, pues ambos estados están vinculados por nexos diplomáticos. Aseguró que Ecuador ha transgredido el derecho internacional al violar lo inviolable de las embajadas, las cuales, según la Convención de Viena, no pueden ser objeto de medidas de ejecución sin el permiso correspondiente. Por si fuera poco, puntualizó el experto, Ecuador habla a favor de la conversión de este criterio, argumentando que el hospedaje de personas condenadas no es lícito, idea que va en contra de los principios establecidos en el ámbito internacional.
A lo señalado, el catedrático mencionó que el panorama se complica aún más por el proceso legal que enfrenta Jorge Glas, frente al cual México debería haber considerado los procedimientos diplomáticos antes de conceder asilo; pero, por otro lado, la violación interdiplomática al negar el permiso de salida e imponer delitos comunes a Glas también es preocupante, reconoció el investigador, ya que podría resultar en sanciones económicas o en la reducción de votos en foros internacionales para Ecuador, por lo que es esencial abordar estas violaciones con seriedad y buscar soluciones que respeten los principios fundamentales del derecho internacional y las relaciones diplomáticas entre ambos países, finalizó el expositor.
En su alocución, la profesora María Fernanda Uribe Cruz, también de la FCPyS, enfatizó que (hasta el momento de esta conferencia) 18 países latinoamericanos y 10 europeos han expresado una profunda preocupación por la irrupción en la embajada mexicana en Ecuador, haciendo un llamado a ambas naciones para resolver el conflicto mediante el diálogo. Dichas naciones mostraron su solidaridad de manera diplomática hacia el gobierno mexicano y abogan por una solución diplomática que preserve el respeto al derecho internacional.

Equipo diplomático de México en conferencia de prensa. Foto: Noticias Telemundo
En este marco, Colombia expuso su indignación y planteó la adopción de medidas cautelares de protección al ex presidente, además de solicitar a Honduras que convoque a una reunión. Nicaragua, por su parte, contempla el rompimiento de relaciones diplomáticas con base en sus propias condiciones, lo que refleja la dinámica en juego. Es decir, dadas las diferentes ideologías en la región, surge la interrogante sobre cómo estas dinámicas influirán en asociaciones y alianzas. Argentina, por ejemplo, se unió a la condena de los hechos, lo que subraya las implicaciones negativas en términos de polarización; además, se anticipan acciones futuras por parte de Estados Unidos en el área, amén de que algunos países latinoamericanos se ofrecen como mediadores para ayudar a encontrar una solución al conflicto, aplicando presión diplomática hacia México y Ecuador.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) también se encuentra inquieta por la crisis y busca determinar el rumbo de ésta; incluso se ha propuesto una reunión, ya sea a través de la Organización de los Estados Americanos (OEA) o de la propia CELAC, con el objetivo de fomentar el diálogo y el respeto al derecho internacional, como vías para encontrar una solución pacífica.