La voluntad de poder y la mesura
Por Ana Barroso

Diego Sánchez Meca, filósofo español. Foto: Myriam Corte.
Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, el doctor Diego Sánchez Meca, quien se ha centrado en los estudios de los movimientos filosóficos, políticos y literarios de los siglos XIX y XX, en entrevista para Gaceta Políticas, compartió sus reflexiones respecto a su conferencia «Nietzsche: voluntad de poder y mesura”, impartida en el Auditorio Pablo González Casanova de la FCPyS.
Al preguntarle cuál considera que es el sentido de la justicia con relación a la voluntad de poder, señaló: “La justicia es lo que debe apoderar la voluntad de poder, y lo que la debe mesurar; porque la voluntad de poder es una fuerza, una fuerza vital: la vida es esa fuerza vital de querer ser más fuerte, y querer trascender lo que ya se ha conseguido. Es ese empeño de progresar, de mejorar.
“Pero, claro, si eso se hace sin un control o un autocontrol, puede producir resultados no deseados. Entonces, la justicia es lo que en el mundo social y humano encauza esas fuerzas, sobre todo cuando éstas combaten, entre ellas, en los conflictos humanos, sociales, políticos y económicos, para que repercutan en un beneficio de la sociedad, en vez de un perjuicio; esa es la relación”.
En ese sentido, ¿esto cómo se vería materializado en la figura de los líderes contemporáneos?
“Bueno, afortunadamente, los líderes contemporáneos no son diferentes de los de cualquier otro tiempo; pero en la contemporaneidad, el juego en el que ellos tienen que trabajar ya está sometido a normas y a reglas que no pueden abolir, ni se pueden saltar.
“La política de hoy transcurre de acuerdo con unas normas que ningún político, por muy líder que sea, puede no cumplir. Lo mismo ocurre en el juego económico; la economía también tienen sus reglas, por lo tanto, es un progreso que la humanidad ha conquistado de una manera consolidada, y por tanto, los líderes deben desarrollar su actividad dentro de ese juego, de un juego reglado, de un juego que les limita.
“Y lo mejor que podrían hacer, yo creo, es atenerse a esas reglas, en vez de tratar de escamotearlas o de transgredirlas. Generalmente los líderes han caído porque han transgredido esas reglas, pero si fueran inteligentes, en vez de hacer eso, sería ver qué beneficios pueden obtener de ellas”.

Diego Sánchez Meca con la doctora Carola García Calderón, directora de la FCPyS, y el doctor Fernando Ayala. Foto: Myriam Corte.
Finalmente, estas aportaciones filosóficas, ¿de qué manera enriquecen nuestra realidad contemporánea, en medio de estas disyuntivas que se encuentran en la democracia, como en la cuestión económica?
“Por ejemplo, en la cuestión económica: un empresario que trata bien a sus trabajadores y tiene un sentido de lo que es la relación empresario-trabajador (que no es pura explotación y pura maximización del beneficio sin contemplar los aspectos humanos), probablemente obtenga un beneficio inmediato, pero éste sería mucho más completo y profundo (no sólo en el sentido económico) si fuera un poco más justo o intentara ser justo, en lugar de decir que hay que ser injusto, porque la empresa tiene que ser así.
“En este sentido, yo creo que la voluntad de poder se mesura en algo que beneficia, y puede compensar el esfuerzo de esa autoaplicación de la justicia. Hay muchísimas más posibilidades en las cuales eso se puede hacer”.