Vital conocer qué sucede en El Salvador y todo Centroamérica
Por Tania Lucero Jiménez Cárdenas

Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Foto: Marvin Recinos/AFP.
Las Elecciones presidenciales en El Salvador es “un tema polémico y que conlleva grandes debates», mismos que deben realizarse a la luz de los resultados del pasado domingo 4 de febrero, cuando se celebraron los comicios presidenciales en el país centroamericano, donde resultó reelecto el mandatario Nayib Bukele, indicó el doctor Nayar López, coordinador del Centro de Estudios Latinoamericanos, al abrir la sesión del Seminario permanente de análisis político sobre América Latina y el Caribe, en el que se abordó este asunto, y en el cual participaron especialistas que ofrecieron una profunda reflexión sobre el contexto, los antecedentes y las posibles consecuencias del hecho.
El caso de El Salvador es un punto de partida para comenzar con estudios críticos respecto a los procesos electorales en la región, apuntó por su parte, Jorge González, licenciado en Derecho constitucional por la Universidad de Guadalajara y estudiante del doctorado en Estudios Latinoamericanos en la UNAM, quien subrayó la relevancia de conocer lo que está sucediendo en los países que están a nuestro alrededor y desarrollar el sentido de comunidad, pues es lamentable que la información acerca de lo que se sucede en Centroamérica simplemente es reducida. De acuerdo con el Banco Mundial, en la jornada electoral en El Salvador, con un territorio de 21 mil kilómetros cuadrados, con una población de 6.3 millones, uno de los más poblados del continente, participaron seis candidatos. En las mismas se incluyó el voto extranjero, lo cual habla de una serie de reformas que poco a poco se activan .
El método Bukele, agregó Jorge González, involucra la centralización del poder desde la parte legislativa, ejecutiva y judicial, y se ataca a los poderes fácticos, como los medios comunicación y las organizaciones civiles, que lo cuestionan. De igual modo, los partidos de oposición carecen de legitimidad.

Profesores Nayar López y Salvador Recinos. Foto: Valeria Arévalo.
Aún más, el populismo penal o punitivo se mantiene presente en la presidencia de Bukele, con la característica de que una solución inmediata es el encarcelamiento, lo cual crea comunidad y permite al presidente generar fuertes seguidores. “Desde mi punto de vista, el autoritarismo milenial es un inicio para incluir nuevas formas mediáticas de conducir el poder; no olvidemos que el Jefe de Estado pronunció un discurso televisado para conseguir el voto el día de las elecciones y no sólo utilizó el discurso tradicional, sino tiene un manejo de redes sociales que genera un impacto en los jóvenes”, resaltó González.
En su turno, Salvador Recinos, alumno del programa de posgrado del Centro de Estudios Latinoamericanos, se unió a la conversación y advirtió sobre la complejidad del fenómeno que acontece en El Salvador. “Estas son elecciones históricas, pues involucra la crisis estructural del capitalismo que estamos atravesando a nivel global. Se habla mucho de que el control político que está teniendo el presidente está desmantelando la democracia, pero, ¿de qué democracia estamos hablando? ¿sobre qué tipos de mecanismos se rigen?”, cuestionó.

Nayar López, Salvador Recinos, Eva Orduña y Jorge González. Foto: Valeria Arévalo.
En palabras de Recinos, el sistema político salvadoreño está fundamentado en mecanismos liberales representativos, por lo que se habla de una democracia burguesa, que sigue manteniendo rasgos oligárquicos. Todo ello se debe considerar cuando se acusa a Nayib Bukele de estar en contra de la democracia. Es así como se debe cuestionar desde una perspectiva crítica y no de manera superficial.
Eva Orduña, doctora en Estudios Latinoamericanos e investigadora en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM, afirmó que lo que sucede en El Salvador es algo que se observa en múltiples lugares: aunque Bukele es la figura visible, la situación actual no se debe exclusivamente a él, pues confluyen muchas condiciones y, si alguna de ellas no estuviera presente, la situación sería distinta. “Más que hablar de un gobierno democrático, se debe observar si la población realmente está contando con beneficios”, finalizó.