Mis estudiantes y colegas me renuevan siempre: José María Calderón

El doctor José Maria Calderón, reconocido con el Premio Universidad Nacional en Docencia en Ciencias Sociales. Foto: Myriam Corte
Tener un reconocimiento de mi propia universidad me produce una enorme satisfacción; aún más, el Premio Universidad Nacional en Docencia en Ciencias Sociales es el galardón más importante que jamás haya podido obtener, señaló el doctor José María Calderón Rodríguez, quien este 15 de noviembre recibió de manos del rector Enrique Graue este preciado laurel.
En entrevista para Gaceta Políticas, el profesor, quien tiene 44 años impartiendo cátedra en la Facultad, y fue distinguido precisamente por su labor docente, aseguró que dar clases es una gran diversión y un verdadero estímulo. “La docencia y los alumnos me motivan a seguir estudiando y trabajando, a leer cosas nuevas, a prepararme siempre; sus preguntas me apasionan y me fascina ver cómo se transforman con su aprendizaje”.
“Es muy grato encontrarse con los jóvenes en los primeros semestres y después saber que ya elaboraron sus tesis, que más tarde se dedican a la docencia, a la investigación o a otras tareas. Es muy bonito advertir que aún recuerdan un libro que uno les propuso, alguna lectura o idea que de pronto pensamos que se quedaría ahí, pero que después nos enteramos que les significó algo trascendente”.
“Esto nos anima a establecer un vínculo entre la docencia y la investigación; a lograr que los estudiantes no sólo sean un receptáculo de conocimiento ya elaborado, sino seres activos con la posibilidad de transformarlo, pues éste nunca está concluido; enseñarles que no hay autores grandes o menores, que todos son estimulantes, y que la relación con ellos es laica, abierta y una puerta a la interpretación; que no hay veneración hacia un saber estático, construido de una vez y para siempre, ya que éste está en continua transformación”.
Fue en 1968, cuando, a los 21 años, José María Calderón dio su primera clase como ayudante de profesor en la Facultad de Economía, nada menos que del gran pensador Elí de Gortari. En nuestro plantel también auxilió a Claudio Stern, e hizo sus pininos en la investigación con Arnaldo Córdova, y con Alfredo López Austin, su maestro, amigo y modelo a seguir.
En 1975, ya con su licenciatura en Sociología por la FCPyS y una maestría en Ciencia Política realizada en Italia, donde estudió con Norberto Bobbio, empezó a impartir cátedra como profesor titular en nuestro plantel. “Recuerdo que en mis primeras clases me sentí muy nervioso, pero de hecho, nunca, hasta la fecha, he perdido los nervios. No es que me falte confianza, es por el reto que me impongo a tener una buena capacidad de expresión, de transmisión de ideas ante los estudiantes; y también por la incertidumbre: saber quiénes son, qué piensan, qué preguntas me harán, qué tipo de relación estableceré con ellos”.
“Desde siempre, a cada inicio de semestre me obligo a preparar la clase, cambiar los temas, las lecturas; la verdad, si algo me molesta es aburrirme; me gusta divertirme y encuentro diversión incluso al concebir otras lecciones, que además me plantean nuevos retos, aprender otras cosas. Todo es un verdadero desafío encaminado a ganar el interés de los estudiantes; a estimularlos para que después realicen la tesis, a que no se queden con los mismos temas de siempre; a que luego sigan con la maestría, el doctorado, el posdoctorado; porque el conocimiento nunca se agota”.
Con un doctorado en Economía por la UNAM y un posdoctorado en Economía Pública por la Complutense, el profesor Calderón ha impartido más de 400 cursos en licenciatura, maestría y doctorado en la Universidad Nacional, y más de 50 fuera de ella; ha dirigido más de 150 tesis de los tres niveles; ha sido jurado en más de 250 exámenes, así como ponente, comentarista y conferencista en unos 300 eventos académicos nacionales e internacionales.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, una de sus grandes líneas de estudio es América Latina. De hecho, fue coordinador del Centro de Estudios Latinoamericanos de 1979 a 1982, y de 2004 a 2012, gestiones en las cuales dio verdadera relevancia al conocimiento socio-histórico de nuestra región. También trabaja el tema de la interdisciplina como una metodología de indagación y práctica docente propicia para resolver problemas complejos.
—A más de cuatro décadas de trabajo en la Facultad, ¿cuál sería el principal fruto de su labor docente y académica?
—“Creo que la mejor experiencia es el sentirme permanentemente renovado por el contacto con los estudiantes, pero también por la relación con mis colegas; soy partícipe de una comunidad con profesores de elevado nivel, altísimo sentido de la responsabilidad y una gran pasión por el conocimiento”.
“Por eso me da gran placer trabajar en la UNAM, mi alma mater en todos los sentidos, y por supuesto en esta Facultad, institución con la cual me siento profundamente agradecido y comprometido en la formación de mexicanos con una visión crítica, latinoamericana e interdisciplinaria”.
¡Felicidades, Chema! Un merecido reconocimiento a tu trayectoria académica y superación personal. Un afectuoso abrazo.
José Luis Hoyo