Tortugas y arañas en el multiverso transmedia

José Ángel Garfias Frías
Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, FCPyS. UNAM.

Hoy en día son más recurrentes las producciones que usan contenidos creados con estrategias de narrativas transmedia, que en conjunto con internet y las redes sociales, retoman la participación de los fans para diseñar con mayor conciencia los productos para el consumo. La narrativa transmedia es un tipo de relato que se cuenta a través de diferentes medios y plataformas, donde los consumidores son activos en este proceso (Scolari, 2013).

 

Los antecedentes de este tipo de dinámica se pueden ubicar en la década de 1980. Los niños de aquel entonces crecieron con caricaturas que funcionaban como comerciales de juguetes, tal es el caso del fenómeno mediático de las Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes, cuyo origen es un cómic independiente de Peter Laird y Kevin Eastman, publicado en 1984 con bastante éxito; el estilo era crudo y violento, pero el concepto llamó la atención de empresas como Playmates que licenció figuras de acción, así como una serie animada en 1987 en la cual eliminaron el tono oscuro y sanguinario original, para hacerla apta para los infantes. El éxito de esta franquicia continuó con videojuegos y culminó con una trilogía cinematográfica, hasta que se agotó la fórmula a mediados de 1990, dejándola descansar algunos años (Farago, 2014).

Es hasta 2003 que las Tortugas Ninja regresan con éxito en una nueva versión animada con un relato más complejo e historias más profundas, replanteando por completo el universo narrativo de la serie. Es durante esta generación que se crea una película animada, Tortugas para siempre, de 2009, que muestra una idea muy interesante en la que las tortugas de 2003 viajan entre dimensiones, donde conocen a las de 1987, e incluso a las del cómic de 1984, explicando que hay muchas órbitas donde existen diversas Tortugas Ninja.

 

Si bien hasta antes de Tortugas para siempre la estrategia de creación de contenidos de la franquicia no obedecía por sí misma a una labor transmedia, puesto que no se cumplía con la regla de compartir contenido del universo narrativo en diferentes medios (Levy, 2020), la película de 2009, bajo el recurso narrativo de las dimensiones, integró de facto al canon de la franquicia la anterior versión animada y del cómic, con lo que se abrió el camino para que más adelante se pudiera sustentar la creación de nuevos proyectos como TMNT de 2012, y El ascenso de las Tortugas Ninja de 2018.

 

Situación similar fue la del Universo Cinematográfico de Marvel, caracterizado por realizar grandes producciones que han generado millones de dividendos en las últimas dos décadas. No obstante, Marvel tuvo que vender las franquicias de sus personajes y licencias a diferentes empresas, para distribuir los riesgos financieros de los diferentes proyectos (Thomas y Sanderson, 2016).  De esta manera, Spider-Man, el personaje más popular de la empresa, tiene sus derechos comprometidos con Sony para sus películas, la cual ha realizado dos versiones del mismo, una en 2002 con el actor Tobey Maguire y otra en 2012 con Andrew Garfield. En 2016 surgió una tercera versión de Spider-Man, interpretada por el actor Tom Holland, con Marvel compartiendo los derechos del personaje con Sony para integrarlo en la continuidad de sus películas de superhéroes, donde los Avengers son los protagonistas.

 

Durante el período de pandemia comenzó a circular una idea entre los fans expresando que les gustaría ver en un filme a los tres actores de Spider-Man, pues en los cómics, así como en la serie animada de 1994, ya se había utilizado este recurso. A fin de cuentas, Marvel retomó estos comentarios y lanzó a finales de 2021 la cinta Spiderman No way home, que cumplió las expectativas de los fans, colocándola en el lugar número siete de las películas más taquilleras en la historia del cine mundial (IMDbPro, 2023). De esta manera, las dos anteriores producciones de Spider-Man, que no formaban parte del Universo Cinematográfico de Marvel, se integraron al canon bajo la justificación del multiverso, a la par que se retomó la opinión de los fans.

 

Lo relevante en ambos casos, tanto Tortugas Ninja como Spider-Man, es analizar cómo las franquicias de medios han hecho versiones pasadas que no estaban contempladas de origen como una estrategia transmedia, y sólo eran adaptaciones de medios para integrarlas en la continuidad con justificaciones narrativas como las dimensiones o multiversos, rescatar de la nostalgia lo que funcionó del pasado, y dar gusto a los seguidores, algo que Jenkins denomina una verdadera cultura del fan (Jenkins, Ford y Green, 2015).

 

Como puede verse, las estrategias transmedia se combinan con el actual entorno de nuevas tecnologías, toman en cuenta a los fans y les ofrecen una narrativa que los engancha y apasiona, retomando piezas del pasado que apelan a la nostalgia, a fin de generar productos exitosos en el mercado. Tal es el éxito, que este tipo de dinámica se verá replicada a corto plazo en las películas de Spiderman into the Spiderverse, de 2023, donde Spider-Man podrá interactuar con otras anteriores versiones animadas del personaje, y la cinta de The Flash, de 2023, donde el actor Michael Keaton volverá a interpretar a Batman, como lo hizo en 1989.

Referencias:
Farago, A. (2014). Teenage Mutant Ninja Turtles. The ultimate visual history.
Editorial Pocket Books.

 

IMDbPro. (2023). Top lifetime grosses worlwide. https://www.boxofficemojo.com/chart/ww_top_lifetime_gross/?area=XWW&ref_=bo_cso_ac

 

Jenkins, H Ford, S y Green, J. (2015). Cultura transmedia. La creación de contenido y valor en una cultura en red. Editorial Gedisa.

Levy, &. (2020). Entendiendo y dimensionando las narrativas transmedia. https://web.archive.org/web/20200615032120/https://andinalinkvirtual.
com/

 

Scolari, C. (2013). Narrativas transmedia. Cuando todos los medios cuentan. Editorial Deusto.

 

Thomas, R, y Sanderson, P. (2016). The Spiderman Vault. Titan Books.