La inteligencia artificial y sus repercusiones en el proceso de enseñanza- aprendizaje

Por Magda Rendón

Maestra en Ciencias de la Comunicación

La incorporación de la tecnología en la vida cotidiana siempre conlleva ventajas y desventajas en los distintos contextos económicos, políticos, sociales y culturales; sin embargo, la inteligencia artificial (IA) puede servir para “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” (UNESCO, 2020), como lo señala el cuarto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

Frente a “la lucha contra las desigualdades actuales en materia de acceso al saber, a la investigación y a la diversidad de las expresiones culturales” (UNESCO, 2021), las tecnologías de IA contribuyen, no sólo porque “crean música, pintan cuadros, reconocen caras, objetos, predicen empresas exitosas en la bolsa, detectan enfermedades, ayudan a proteger el ambiente” (Corvalán, 2018), sino porque “pueden ayudar a automatizar […] procesos y de este modo, darle [sic] más tiempo a los docentes para formarse y diseñar estrategias de aprendizaje” (LUCAedu, 2021).

 

Es importante preguntarse ¿quiénes tienen los privilegios para incorporar en su educación la vorágine de programas, aplicaciones y dispositivos tanto en el trabajo como en el estudio y en la vida cotidiana del mundo digital? Dicho de otro modo, la brecha social es un reflejo de la brecha digital que se vive en todo el mundo. Y por eso, la Conferencia Internacional sobre la Inteligencia Artificial en la Educación (2019) reafirma la atención en la inteligencia humana, la protección de los derechos humanos, la presencia de la IA en la gestión e implementación de la educación, en el empoderamiento de los docentes y su enseñanza, en el aprendizaje y evaluación de resultados, el desarrollo de valores y competencias, así como la ampliación de posibilidades para la apropiación de saberes (UNESCO, 2021).

 

El proceso de enseñanza–aprendizaje inmerso en un contexto donde priva el imaginario social, el entorno personal de aprendizaje (PLE), la cultura, los prejuicios, las necesidades, los valores y los recursos del momento requiere cambios de lo que se enseña y de cómo se acercan los saberes a los estudiantes, donde la adquisición del conocimiento, su aplicación, la transformación de las personas con dicho aprendizaje, la socialización con el otro y lo otro, “la interacción de los sistemas de IA con el ser humano es inevitable, su orientación a reconfigurar lo humano es innegable y su influencia en las subjetividades plantea desafíos” (Barrios Tao, 2020) para el uso de la tecnología en la educación, sea formal, no formal o informal.

 

Pero, en particular, la IA y su presencia en la vida académica requiere conocer y reconocer sus alcances y sus limitaciones para el adecuado aprovechamiento en un entorno de reglas claras en tres ámbitos: “aprender con la IA (por ejemplo, utilizando sus herramientas en las aulas), aprender sobre la IA (sus tecnologías y técnicas) y prepararse para la IA (por ejemplo, permitir que todos los ciudadanos comprendan su repercusión potencial” (UNESCO, 2021).

 

Entonces, si la “habilidad y capacidad de un ordenador, red de ordenadores o […] de robots […] para realizar […] tareas comúnmente asociadas a seres humanos […] [logra la] simulación del comportamiento inteligente” (Cabanelas Omil, 2019), se puede aprovechar en la generación de estrategias didácticas para enseñar y para aprender. A diferencia de la visión de películas como Metrópolis (1927), 2001: Una odisea en el espacio (1968), Blade Runner (1982), Terminator (1984), D.A.R.Y.L (1985), La red (1995), Matrix (1999), Yo Robot (2004), inspirada en el libro de Assimov (1950), donde se explota el miedo a un futuro incierto, con cambios radicales en la tierra y en el espacio, no se puede detener; aunque Elon Musk y otros científicos, en una carta abierta sobre la inteligencia artificial en 2015, pida detener la indiscutible e imparable presencia de la IA.

 

En el contexto educativo es necesario conocer las posibilidades que ofrece la IA al proceso de enseñanza–aprendizaje y responder al cómo la utilizarán los docentes para acercar el conocimiento y cómo los estudiantes la aprovecharán sin descuidar su propio desarrollo intelectual. Así, la IA puede analizar los datos de los alumnos, ayudarlos a reconocer sus procesos de aprendizaje y adaptar las estrategias para mejorar su rendimiento académico, generar materiales que promuevan el aprendizaje autónomo, la atención a las discapacidades, a la diversidad. También amplía las referencias culturales con una perspectiva de género, más allá de los espacios físicos, con una amplia red de interconexión de personas e instituciones.

 

Sin embargo, los “avances aceleradísimos en materia de ciencia y tecnología (biología sintética, terapia genética, inteligencia artificial fuerte, nanotecnología, nanomedicina) […] [generan] reacción en cadena en […] disciplinas preocupadas del hombre y su entorno (sociología, psiquiatría, farmacología, bioética, ecología de las comunidades, etc.)” (Tillería Aqueveque, 2022), y en ese correr, la realidad presencial y virtual se apoya en grandes usos de la IA (LUCAedu, 2021), desde la selección de contenidos hasta el desarrollo y evaluación de éstos; además de la motivación, el diagnóstico y la evaluación de nuevas temáticas que necesitamos aprender e incorporar en el día a día, para ser ciudadanos responsables y capaces de tomar decisiones y resolver problemas.

 

Finalmente, la IA todavía no ha desarrollado sentido común, ni comprensión profunda del lenguaje y sobre todo, no tiene conocimientos ilimitados ni aprende de forma continua (Ordelin Font, 2021); por lo tanto, en el contexto académico se debe trabajar la alfabetización digital para el uso, comprensión y producción de contenidos que tomen en cuenta las implicaciones éticas, las noticias falsas (fake news), la formación y actualización de los planes y programas de estudio, la inclusión de las tecnologías de la comunicación; la comunicación, conocimiento y aprendizajes digitales (TICCAD), así como la comprensión, análisis y manejo de la IA. Andrés Oppenheimer (2018) señala que los docentes deberán “reinventarse […] enseñarán […] ‘habilidades blandas’”; sobre todo el uso de los recursos en un mundo automatizado, por ejemplo, ¿cómo usar y valorar resultados del ChatGPT? Si éste responde: “es importante destacar que aunque mi conocimiento se basa en fuentes confiables, mi respuesta es generada automáticamente y puede contener errores o imprecisiones”, mismas que sólo las personas podremos valorar con las adecuadas competencias digitales.

Referencias: 

Barrios Tao, H. D. (2020). «Subjetividades e inteligencia artificial: desafíos para ‘lo humano’», en. Veritas. Revista de Filosofía y Teología, 81-107.

 

Cabanelas Omil, J. (2019). «Inteligencia artificial ¿Dr. Jekyll o Mr. Hyde?», en Mercados y Negocios, 5-22.

 

Corvalán, J. G. (2018). «Inteligencia artificial: retos, desafíos y oportunidades. Prometea: la primera inteligencia artificial de Latinoamérica al servicio de la Justicia», en Revista de Investigações Constitucionais, 295-316.

 

Lassi, A. (2022). «Implicancias éticas de la inteligencia artificial. Tecnologías y producción de noticias», en InMediaciones de la Comunicación, 153-169.

 

LUCAedu (13 de diciembre de 2021). «5 usos de la inteligencia artificial en la educación», obtenido en  https://www.lucaedu.com/5-usos-de-la-inteligencia-artificial-en-la-educacion/?fbclid=IwAR1XWeuCtb0ujK965duJsSsGhPiR12DbLaRf7qriGgY7qbWWJHCTVOh0964

 

Ordelin Font, J. L. (2021). «El uso de la inteligencia artificial en la mediación: ¿quimera o realidad?», en IUS. Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla A.C., 357-382.

 

Tillería Aqueveque, L. (2022). «Transhumanismo e inteligencia artificial: el problema de un límite ontológico», en Griot: Revista de Filosofia, 59-67.

 

UNESCO (2020). «Objetivos de Desarrollo Sostenible», obtenido en Naciones Unidas: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

 

UNESCO (2021). «La inteligencia artificial en la educación», obtenido en https://es.unesco.org/themes/tic-educacion/inteligencia-artificial?fbclid=IwAR0P5Um0ofX4CBpuiQUwpf1-6gvnxCOVGmtKM0mBXsqpzoTOtI4Mg3P96DI