Homenaje a la Maestra Consuelo Dávila
Por Luisa Díaz González Castelazo

Consuelo Dávila. Foto: Gaceta Políticas
Con su generosidad, conocimientos y compromiso, la maestra Consuelo Dávila Pérez, profesora, académica y funcionaria en la FCPyS, construyó un importante legado. Para honrarla, luego de su fallecimiento, sucedido el 19 de marzo del presente, se llevó a cabo un homenaje en su honor en el que amigos, colegas, familiares y alumnos evocaron y reconocieron la vida y obra de una de las docentes, guías, investigadoras, compañeras y amigas más entrañables de la comunidad.
“En memoria de Consuelo Dávila” fue el título del evento, efectuado en el Auditorio Pablo González Casanova, mismo que lució lleno a su máxima capacidad y con personas sentadas en las escaleras. En su momento, los ponentes compartieron anécdotas, recuerdos y palabras emotivas llenas de admiración y respeto, con las que describieron a un ser excepcional y muy querido, así como a una gran internacionalista.
El encuentro fue moderado por el doctor Fausto Quintana Solórzano, coordinador del Centro de Relaciones Internacionales (CRI), y estuvo dividido en dos mesas con 13 participantes en total, entre quienes estuvieron los dos hijos de la profesora.
La homenajeada estuvo adscrita al CRI, desde donde contribuyó en la formación de educandos durante varias décadas. Delineó una amplia trayectoria académica y sus principales líneas de investigación fueron la política exterior de México y la política internacional. Estudió la licenciatura, maestría y doctorado en RI en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Sebastián y Luis René Delgado Dávila, Fernando Castañeda, Fausto Quintana, Carola García, Alejandro Chanona, Roberto Peña y Marco A. Lopátegui. Foto: Patricia Trejo
La doctora Carola García Calderón, directora del plantel, expresó que las grandes aportaciones de la profesora recordada son resultado de su dedicación. “Deja una huella significativa en la FCPyS”, puntualizó.
El doctor Alejandro Chanona Burguete, amigo y colega de la maestra, compartió que se conocieron en los años setenta, cuando ambos cursaban la licenciatura. “Supo amar a sus amigos, amigas, a la Facultad y a la UNAM”, subrayó. Agregó que compartieron sueños e ilusiones, entre ellos el de estudiar en el extranjero, meta que Consuelo Dávila cumplió al realizar un Diplomado de Estudios a Profundidad en “Historia del Siglo XX”, en el Institut de Sciences Politiques, de París, Francia.
Como casi todos los participantes recalcaron, una de las pasiones de quien también era llamada cariñosamente “Chelo”, era viajar, ampliar sus horizontes y conocer nuevas culturas y lugares. Además de los viajes a congresos, “Chelito” realizó un Diplomado en “Estudios de Estados Unidos” en la Universidad de San Diego, campus La Jolla. Igualmente, fue profesora visitante en la Universidad Complutense de Madrid.

Reconocimiento a una gran internacionalista. Foto: Patricia Trejo
El doctor Roberto Peña Guerrero, colega y amigo de la catedrática y de su esposo César Delgado, también docente de la institución, dijo: “Hacer comunidad fue una de las características principales de Consuelo”; asimismo, más que una profesora, se convertía en una segunda madre para muchos de sus alumnos, a los que orientaba, apoyaba y para quienes siempre tenía abiertas las puertas de su cubículo. “La Facultad no va a ser lo mismo para mí”, terminó el ponente con la voz entrecortada por la emoción.
Al tomar la palabra, el doctor Fernando Castañeda Sabido, exdirector de nuestra casa de estudios en el periodo 2008-2016, apuntó: “ella era una mujer excepcionalmente fuerte, nunca se quebró”. Generosa, leal, íntegra, valiente e inteligente fueron algunos de los adjetivos con los que la retrató. De igual modo, reconoció el valioso apoyo de la investigadora en la reestructuración de los Planes de Estudio en 2016.
En su turno, y luego de la proyección de un video con fotografías de Consuelo Dávila en diferentes eventos, congresos y recintos académicos, el maestro Marco Antonio Lopátegui Torres externó que su mentora le enseñó a ser eficiente, leal y discreto. Para él la maestra fue un ejemplo de trabajo y dedicación, además de una guía que le ayudó a desarrollarse profesionalmente.
Para cerrar la primera mesa, se contó con la participación de los hijos de Consuelo Dávila: Luis René y Sebastián Delgado Dávila, quienes después de agradecer el homenaje, externaron el amor hacia su madre y el papel tan significativo que tuvo la FCPyS en su vida e historia.

Colegas, familiares y alumnos recuerdan a la singular docente. Foto: Patricia Trejo
Los dos hermanos contaron cómo fue crecer en estas instalaciones, jugando en los jardines, mientras su mamá trabajaba, o acompañándola en sus clases, y cómo ambos aprendieron a amar a la UNAM mucho antes de convertirse en alumnos. Luis René aseveró que ella es un ejemplo: «me siento muy orgulloso del legado que ha dejado la bondad de mi madre».
En la segunda mesa, el doctor Juan Carlos Velázquez apuntó que Consuelo fue una «gestora del cambio». También propuso que en las esculturas ubicadas en la Facultad, conocidas como «Las Cesarinas», se coloquen dos placas: una con el nombre de Consuelo Dávila y la otra con el de su pareja, César Delgado, en honor al legado que dejaron en la FCPyS.
Por otro lado, el maestro Dámaso Morales, coordinador del Centro de Estudios Europeos, señaló que la bondad de la maestra Consuelo era tan grande que no sólo creía en sus proyectos, sino también en los de todos los demás. «La misión de Chelo era la Facultad y la Universidad. Comprometida y solidaria, estaba vinculada con todos por bondad».
El último bloque de participaciones estuvo conformado por una generación más joven de académicos, algunos alumnos de la internacionalista, pero a quienes abrió las puertas y orientó en su desarrollo profesional. Ana Luisa Trujillo Juárez compartió que conocerla fue «un antes y un después», pues fue su maestra en el doctorado y de la vida; mientras que Pamela Anguilo Olvera indicó: «marcó mi vida profesional con sus enseñanzas y ahora siento la responsabilidad de continuar con su legado».

La profesora consolidó una verdadera «comunidad» en la Facultad. Foto: Patricia Trejo
César Diego Chimal, alumno de la profesora, manifestó que él fue uno de los jóvenes a quienes la maestra marcó indirectamente a través de la docencia, por lo que le agradeció todo lo que le enseñó sin darse cuenta, y por inspirar a incontables generaciones a vincularse con la academia.
Por último, Yadira Gálvez Salvador expresó su cariño por la docente y amiga, por su «ejemplo de fortaleza, de lucha, de solidaridad», al tiempo que pidió a los asistentes ponerse de pie para aplaudirla por toda su dedicación, trabajo y cariño hacia la comunidad. En el auditorio se sintió un ambiente de profunda emoción. Los ponentes se encontraban conmovidos, así como el público presente. Varias personas lloraron en silencio, se abrazaron y sonrieron al recordar las anécdotas.
Al final, el hermano de la homenajeada, el médico cirujano pediatra Alberto Dávila Pérez, se levantó a agradecer y dibujó lo que fue su hermana. «Su implacable destino fue ser la organizadora de los viajes, la segunda hija en una familia de cinco, la inspiración para que sus hermanos pudiéramos seguir sus pasos». Siempre se mantuvo firme, y a pesar del cáncer que la atacó, no perdió su fortaleza: «burló la muerte muchas veces, y duplicó el tiempo de vida pronosticado».