Crisis en Venezuela y el viraje de la política exterior mexicana

Foto: Federico Parra / AFP
Con la intención de revisar más a fondo la situación en la hermana república sudamericana y situar la postura que el gobierno mexicano ha tomado respecto a este asunto, la Coordinación de Análisis de Coyuntura de la Facultad organizó la mesa de diálogo: Crisis en Venezuela y el viraje de la política exterior de México. La doctora Nathaly Burbano, del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, en intervención dijo que “el deterioro del escenario económico internacional está poniendo bajo presión la capacidad de ajuste fiscal de los países, situación que aumenta el descontento social y la insatisfacción con la democracia. Los sistemas democráticos en la mayoría de los países parecieran orientarse a un formato de democracia sin partidos, escenario que plantea dificultades para la estabilidad de los sistemas políticos”.
Históricamente, continuó, América Latina ha presentado una distribución del ingreso y la riqueza altamente inequitativa que fomenta que la desigualdad y la vulnerabilidad aumenten. Así, el descontento con la democracia y desigualdad social “permiten analizar la crisis reciente en Venezuela, uno de los países cuyo desarrollo nacional ha estado ligado directamente a su condición de país exportador de petróleo”.
Indicó que para comprender la disputa por el poder en Venezuela se tienen que analizar las políticas estatales —que iniciaron en 1999— en materia de tierras e hidrocarburos, con las cuales “se avanzó en la reducción de los niveles de pobreza, con las cuales la educación y la salud llegaron a los sectores populares, se construyeron viviendas públicas, nuevas infraestructuras, transportes públicos, se frenó la tendencia de endeudamiento, se debilitó el lazo con los Estados Unidos y se fortalecieron instancias de integración regional como Unasur y Celac”.
Añadió que es importante no desconocer que hay sombras vinculadas a la debilidad estatal y a la corrupción que constituyen problemas transversales en los Estados latinoamericanos. Por ello, concluyó que éstos, «también afectados por la corrupción, desigualdad y violencia, deberían estar comprometidos con el respeto por la soberanía de los venezolanos y con su derecho a resolver sin injerencia ni presión externa de ninguna índole, las profundas tensiones de poder presentes en el complejo proceso de sustitución de élites que atraviesa Venezuela en las últimas dos décadas”.
En su momento, el profesor Ricardo Valero, también participante en la mesa, señaló que el gobierno mexicano dejó al descubierto los vacíos que tiene la política exterior mexicana, una crisis profunda con un origen de antaño. La respuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto ante los acontecimientos que viven los venezolanos deja ver que éste ha perdido la brújula y sólo busca la simpatía del gobierno estadounidense.
Preguntarse, qué busca y a qué aspira nuestra política exterior es fundamental, concluyó, además de recordar que uno de los principios fundamentales de la política es respetar el derecho internacional. Por ello, el gobierno mexicano debe replantearse qué hacer en una sociedad global que siempre está cambiando.