La sociedad debe exigir resultados al gobierno

Académicos de la Facultad organizaron el Foro: Balance del Gobierno de Enrique Peña Nieto: a un año de dejar la silla presidencial y comunicación política, para realizar un análisis sobre el actual periodo presidencial.
Gubernare, hecho de pilotear un barco. Gubernator, el timón de la nave. Ambas palabras provienen del griego; demuestran que el gobernador es la pieza clave para tener un Estado bien comandado y para ello es necesario conocer de corrientes marinas así como al propio barco.
Enrique Peña Nieto, presidente de la República, llegó al poder con iniciativas que buscaban estabilización económica, posicionamiento mundial, generar en el mercado competencia económica; no obstante, los huracanes tocan México. Las lluvias no cesan y este navío aún tiene mucho por recorrer.
Los profesores Octavio Aristeo López, Ricardo Navarro Reyna, Gabriel Campuzano Paniagua y Valeriano Ramírez Medina se reunieron en el Foro: Balance del Gobierno de Enrique Peña Nieto: a un año de dejar la silla presidencial y comunicación política, a fin de realizar un análisis sobre el actual periodo presidencial, en la víspera de conocerse el quinto informe de gobierno que pisaba los talones.
Los expositores observaron que existen diversos predominios de una misma visión y estrategia política, sostenida en políticas de desarrollo: energético, educativo, fiscal, constitucional, de telecomunicaciones y laboral. También señalaron que se deben gestar decisiones y acciones enfocadas en reorganizar la distribución del poder, así como el mismo régimen político.
La política del presidente establece la restitución del ejercicio centralizado de los recursos políticos y públicos como base disciplinaria de acuerdos con corporaciones y cúpulas partidarias. Al respecto, Valeriano Ramírez consideró que “existe un problema de legitimidad, lo que genera desconfianza en la sociedad y repercute en la incapacidad de una participación ciudadana, razones por las cuales, para 2018 habrá una oposición desmantelada, una población desconfiada, mayores confrontaciones políticas, descontentos sociales y una gran falta de negociaciones”.
En cuanto a las telecomunicaciones nos hemos percatado de que ya no tenemos un sistema global, sino regional. Antes poseíamos competencias, ahora tenemos tecnologías, ¿por qué no conjuntarlas y así obtenemos un mejor aprendizaje?, expresó el docente.
Al entrar en materia económica, de acuerdo a informes recientes del CONEVAL, la pobreza en México ha disminuido dos puntos porcentuales; sin embargo, según la reflexión de Ricardo Navarro, “la pobreza está diferenciada, pero aún existe; incluso aumentó; las desigualdades cada vez son mayores y para las nuevas generaciones no hay opciones de empleo formal”.
Sobre la restructuración en el sector educación, se indicó que el presidente llevó a cabo las negociaciones entre un grupo selecto, que las reformas acordadas fueron administrativas y económicas, en lugar de velar por los planes de estudio, por una verdadera preparación de los docentes, análisis curriculares y material de calidad para las aulas.
Gabriel Campuzano afirmó: “el sesenta por ciento de la población mexicana tiene acceso a la educación media superior, mientras que el cuarenta por ciento restante no. ¿Cómo le hacemos para que todos tengan cabida en la Universidad? No existen condiciones necesarias, al menos en la UNAM”.
Las reformas educativas están resguardadas bajo el ideal de preparar al magisterio a través del Servicio Profesional Docente, con el propósito de elevar el desempeño y desarrollo de los maestros, a partir de estímulos y apoyos adecuados, empero cuestionó Campuzano: “¿Dónde esta la planta docente que necesita el país, los planes de estudio adecuados a la sociedad y las instalaciones de calidad? ¿Cómo quieren que se implemente así una reforma educativa?”.
Como ciudadanos debemos evaluar a los gobiernos porque manejan organizaciones sociales y porque manejan el capital que la sociedad misma produce. Por ello los académicos coincidieron en que la sociedad debe exigirle a gobierno balances, evaluaciones, rendición de cuentas claras, transparencia, pero sobre todo resultados.