El comercio ilegal de armas en México se gesta en Estados Unidos
Por Víctor Hugo Sánchez

Armas ilegales. Ilustración: José A. García
El 60 o 70 % de armas que circulan en México proviene de la frontera norte, las cuales llegan del vecino país mediante prácticas ilícitas, afirmó el maestro Alejandro Celorio, asesor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), quien precisó que el tipo de artefactos traficados es muy extenso, pues van desde pequeños calibres, hasta Barrett calibre 50, capaces de derribar un helicóptero.
Lo anterior se dio a conocer en la conferencia inaugural del 2º Encuentro Universitario ORBEM, «Cambios y realidades: el panorama binacional ante el nuevo gobierno estadounidense y las realidades post-COVID 19», efectuada este 3 de noviembre.
El funcionario agregó que estas acciones ilícitas son denunciadas por el gobierno de la nación, ya que al aumento del comercio ilegal de armas derivó en un incremento de los índices de violencia con instrumentos bélicos, pero además, para que los jóvenes no sean utilizados en estas tareas ilegales, pues en México se ve a las juventudes como el futuro del país.

Maestro Alejandro Celorio. Foto: José A. García
En esta conferencia, organizada por el Observatorio de la Relación bilateral México-EE.UU., el expositor indicó que aun cuando en la potencia del norte autorizan la adquisición y comercialización de armas de fuego, en México la cultura de la portación de éstas es muy limitada, pues sólo existe una tienda autorizada para su compra; se reducen a calibres menores; únicamente se usan para diversión, autodefensa, casería y colección, y para obtener un permiso se deben cumplir numerosos requisitos; caso contrario a lo que sucede en Estados Unidos.
Explicó que el atentado sufrido por el jefe la policía de la CDMX, Omar García Harfuch, es resultado del fuerte equipamiento del crimen organizado de armas de grueso calibre, en su mayoría no fabricadas en México, pero sí adquiridas fácilmente ante la falta de políticas reguladoras y auditorías hacia las autoridades fronterizas y las empresas fabricantes.
Luego de subrayar la perspectiva de seguridad aduanera con la que el gobierno de México enfrenta este asunto, el ponente añadió que la industria armamentística tiene un gran impacto económico, tanto en su forma legal como ilícita, por lo que hizo un llamado a que las empresas rindan cuentas al respecto.
Detalló que en Texas se reconoce el derecho a portar armas abiertamente, debido a la gran producción de éstas, lo cual les genera grandes ganancias, y que decenas de miles de estos instrumentos de alto calibre se distribuyen a lo largo de la frontera con México de manera ilegal, incrementando su demanda por parte de organizaciones criminales.
Después de enfatizar que la fabricación de artefactos en Estados Unidos goza de mayor protección y no existe persecución de actividades ilícitas, Solorio precisó: hay una falta de moral en los actos que sólo buscan un beneficio económico, pero los mexicanos debemos levantar la voz para decir a Estados Unidos que las operaciones de tráfico de armas nos hacen daño.